...we will never surrender!!

Siempre se ha hablado en el mundo del rock que grabar un disco en vivo significa para una banda el cierre de una época (clásicas son las leyendas del 'Alive' de KISS o el 'Strangers In The Night' de U.F.O.), de esta forma 'Live After Death' representa un punto muy alto dentro de la carrera de Iron Maiden, cuando un círculo virtuoso (iniciado con ‘The Number Of The Beast’ tres años antes) se cierra, consolidando la formación clásica de La Bestia enmarcando un tour mundial de niveles muy ambiciosos para una banda con apenas cinco años de carrera oficial. Hoy cuando se cumplen 30 años del lanzamiento de esta pieza, escribo un poco sobre esta monumental pieza del rock en vivo de los ya lejanos años ochenta...

Grabado en el legendario “World Slavery Tour” del 84/85 recoge la actuación de tres noches en el Long Beach Arena en Los Angeles, CA, repasando en casi 75 minutos un setlist de 12 canciones, mostrando lo más granado de la época de los Harry’s Boys.


La partida, para calentar los motores, viene con el “Churchill’s Speech” (discurso conocido como "We shall fight on the beaches"), seguido de la pieza que abre el disco que justifica la gira (el también majestuoso ‘Powerslave’…), así “Aces High” levanta hasta los muertos y a pesar que se nota que Dickinson entra con la garganta fría, logra dejar el ambiente prendido para dos inamovibles piezas de colección “2 Minutes To Midnight” y la demostración del galope de bajo por excelencia “The Trooper”, siguiendo con dos perlas más rescatadas de la placa que presentó a Nicko McBrain en sociedad del ‘Piece Of Mind’ caen “Revelations” y una de las mejores canciones de la vida “Flight Of Icarus”. A esta altura viene la que por entonces significaba una apuesta: presentar un tema de 13 minutos, basada en el poema de Samuel L. Colleridge, una de las joyas de la corona británica: “Rime Of The Ancient Mariner” no sin antes destacar el consejo de Dickinson: “This is what not to do if a bird shits on you” aludiendo a la maldición en que se basa el poema original. Termina el tema marítimo, de golpe nos trasladamos al antiguo Egipto y nos comenzamos a preguntar porque somos unos esclavos del poder (“Powerslave”), con Bruce disfrazado con una máscara, como se puede ver en el booklet… Hasta acá dejamos los temas nuevos y viene el cierre con los clásicos inmortales de la banda, primero con “The Number Of The Beast”, enganchándola con una de las favoritas de la vida, la magnifica “Hallowed Be Thy Name”, para dar paso a una explosiva interpretación de “Iron Maiden", la primera perla sacada de la era Di Anno, continuando con el hit “Run To The Hills” que cobra siempre un sentido especial en las tierras norteamericanas…. para terminar el concierto con toda la interacción entre Dickinson y el público de la mano de “Running Free” la cual pudimos escuchar completa en la reedición de 1998.


Hablando de la edición del ’98 también nos regaló cinco tracks grabados en el Hammersmith Odeon londinense: “Wratchild”, “22 Acacia Avenue”, “Children of the Damned”, “Die With Your Boots On” y una de las más grandes manifestaciones del Heavy Metal: “Phantom of the Opera” donde realmente se me pone la piel de gallina con la interpretación seleccionada!


Con orgullo, mis dos ediciones de esta joya... para que tener una sola versión!

Cuando tengo que elegir mi disco en vivo favorito siempre gana este, y aunque adoro el 'Live Shit: Binge & Purge' de Metallica, el 'Live on Two Legs' de Pearl Jam y más aun el ‘Live At Wembley ’86’ de Queen, ‘Live After Death’ tiene un componente emocional adicional al ser la puerta de entrada a mi relación con la banda de Heavy Metal más grande que existe, su majestad bestial: Iron Maiden...

PD.- Este post lo escribí originalmente en un cuaderno... a veces es conveniente volver a lo analógico y aprovechar de corregir/complementar con teclado... 

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